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Tradiciones y costumbres

 

 

 

LAS BODAS Y PARTOS
 

En toda la comarca, cuando una mujer daba a luz, sus parientes y amigos iban a hacerle la visita y le regalaban chocolate, manteca y huevos. A los quince días, la mujer y su marido invitaban a su casa a todos los visitantes para darles "formigos", los cuales consistían en unos trocitos de pan empapados en leche, huevo y azúcar. Antes de tomar los formigos celebraban una buena comida.


Cuando se iba a celebrar una boda, previamente se realizaba "el concierto" como decían ellos, entre los padres de los novios, que incluían tanto los pormenores de la organización de la boda como la constitución de la dote. Llegado el día y en lo alto del campanario, las campanas con son rápido y alegre anunciaban día de fiesta. Todo el pueblo reunido en el templo, seguía con devoción la ceremonia religiosa y escuchaba con agrado la sencilla plática que el sacerdote dirigía a los cónyuges.
Posteriormente tenia lugar la fiesta profana que se prolongaba durante todo el día.

 

Entre cantos y risas se celebraba en la casa de la novia el anunciado convite, al que asiste la mayor parte del pueblo. Cuando ya avanzada la tarde, el alcohol comienza a surtir sus efectos, se trasladaba la comitiva a la casa de la novia, donde se tenia preparada una gran cena, con buena cantidad de bebida, hasta las primeras horas de la mañana. Durante el paso de la comitiva por las calles del pueblo, las mozas, singularmente las amigas de la novia, entonaban alegres cantares, como por ejemplo:

 

Al señor padrino le digo
y al señor novio le encargo
tenga cuidado de la niña
que sale de nuestro bando
.

   El señor padrino de la boda
es un hombre muy honrado
que para las cantadoras
tiene un duro preparado
.

 

 

Supersticiones

 

Climatología: en caso de tormentas, había varios procedimientos que se podían emplear para turnar a tuöna. Uno era poner una servilleta en la ventana con una hogaza encima y a veces se sacaba la imagen de Santa Bárbara a la puerta de la iglesia.

Ofrenda a santos: en relación con cuestiones religiosas, había algunas creencias y costumbres dignas de mencionarse. Por ejemplo, se creía que por Nochebuena la primera vaca que daba leche sería la más fuerte del lugar. Asimismo, antes existía la costumbre de lavarse en el río la mañana de San Juan. El día de San Antonio los vecinos ofrecían huevos, manteca, jamones, lana, etcétera al santo. Lo recopilado se subastaba, por lo que el dinero recaudado se empleaba para misas para el pueblo.

Enfermedades: entre las enfermedades que tenían su cura, estaba el cusichu. Esta era una dolencia de la piel, que se presentaba en forma de vesículas pequeñas de agua o pus. Se contraía al pasar una araña por la piel o incluso por una prenda de vestir. Si abarcaba el cuerpo alrededor de la cintura (por ejemplo, por atravesar una camisa), la persona moría. Cuando salía el cusichu en una mancha cutánea, se cercaba con tinta para que no se extendiera. Para otras enfermedades de la piel y llagas en el cuerpo se considera que el agua de bineitu tiene gran eficacia. Esta se produce hirviendo agua con hojas de este árbol.

Por otra parte, la epilepsia se conocía por il mal da gota. Un remedio contra esta enfermedad era quemar la camisa del interesado el primer día que le daba un ataque. El ourizu era una enfermedad de las patas de las vacas. Para curarlo se abría un damacu y se ponía en la hendidura de la pezuña, atándolo con cuerda. Otro ejemplo es cuando un cerdo tenía el grau: no comía y tenía ganas de vomitar. El remedio indicado, en este caso, era abrir las mandíbulas con cuerdas y cortar una ampolla en el cielo de la boca. A los pocos días empezaba el cerdo a comer. Finalmente, la vara de sardón era eficaz para la vaca hinchada: se le frotaba el vientre para hacerla obrar.

Brujería: la creencia de dimonius que podían apoderarse del cuerpo de una persona era conocida, así como la existencia de los embrujamientos, a los que estaban sujetos tanto personas como animales. Los niños que iban a bautizarse llevaban un pedazo de pan de centeno para que no le embrujaran, pues el pan de centeno no lleva demonios ni maldad ninguna porque llevaba dos cruces marcadas. En el caso de los animales, un notable ejemplo sería el de la vaca: una vaca embrujada se podía curar poniéndole ramas de laurel en un caldero, y encima brasas. Hecho esto, se pasaba el caldero por encima y alrededor del animal haciendo cruces, entonando a la vez lo siguiente:

Santa Teresa,

si ti intróu pur us pías

qui ti salga pur a cabeza.

San Blas,

Si ti intróu pur alantri,

qui ti salga pur atrás.

 

 

Criaturas: en palabras de Jules Michelet, experto en cuestiones mitológicas de naturaleza mágica -y sobre todo en brujería-, "la bruja concibe a la naturaleza". La figura de la bruja, entendida como una mujer de tiempos medievales experta en interactuar con el entorno a través de los múltiples remedios que éste ofrece, bien puede ser reencarnada en la potente figura matriarcal de Tablado: una mujer que vive a través de la propia madre tierra, que confronta las enfermedades a través de arcanas fórmulas naturales y remedios caseros, que conecta con su entorno y lo conoce de una forma que no deja indiferente a nadie. Que sabe alejar males a través de ciertos ungüentos y pócimas que no son más que remedios domésticos, nacidos de lo que el cercano monte ofrenda a los lugareños doctos en hierbas y curas.

Pero no es solo en la figura femenina donde se canaliza un aura mágica en Tablado: duendes caseros traviesos, trasgos que desorientan al ganado y espíritus de dudosa moralidad que ganan forma corpórea en las entrañas de alguna alimaña común. Este último caso es el de La Raposa, que acecha durante el amparo de la oscuridad para robar cosas a la gente, llegando incluso a entrar a las casas y aterrar a los niños, infundiéndoles pesadillas. No es descartable, tampoco, que en el encanto más profundo de los bosques cercanos se refugien hadas y espectros, acostumbrados a guardar los lindes del bosque, todavía intacto, en comunión con los lobos.

La muerte: antiguamente, cuando se moría una persona, se amasaba mucho pan, que se repartía a la pobre gente. Era frecuente la costumbre de tirar puñados de tierra en la fosa al enterrar. Una cuestación para las Animas se hacía durante todo el año por un vecino del pueblo.

 


Nacimientos

 

Cuando nacía una niña decían: “Qué niña más guapa, Dios te la críe para buen amo”. A las que habían parido, se les daban papas de vino para que los niños salieran listos. Al parir, tomaban una taza de chocolate o de café con leche, al mediodía carne cocida con cachélos y a la tarde las papas de vino. Cuando se bautizaban a los niños, la madrina llevaba un trozo de pan -del mejor- y se lo daba a la primera persona que viera al salir de casa (si era una persona, todo, si eran varios los que veía, se repartía).

 

 

 

El primer día de Mayo

 

El día antes del uno de mayo se plantaba un palo (el mayo) en la Calecha, en la esquina de Casa Cipriano. Los mayores cortaban el mayo el día de víspera al 1 de mayo y los niños cortaban otro pequeño; se tocaba la campana y se plantaba. Luego, ese tronco se subastaba y se usaba para hacer una viga de la casa que lo compraba. Con el dinero que se sacaba se pagaba la fiesta.

 

 

 

El concejo

 

El pueblo se regía por una Junta Vecinal. Las normas y demás actividades relacionadas con el pueblo, se regulan en concejo público, vestigio de influencia celta por nuestra proximidad a Galicia. En todos los pueblo del municipio hay un lugar denominado “concejo”. Normalmente suele estar ubicado en el centro geográfico del pueblo, en nuestro caso “La Calecha”, para que todos los vecinos tuviesen igualdad absoluta tanto en distancia, voz y voto. Cuando se convocaba, la asistencia era obligatoria y las decisiones allí tomadas por los presentes tenían rango de ley para todos los vecinos, asistentes al concejo o no. De ahí la importancia de la participación de todos en las deliberaciones que se debatiesen.
 

El concejo se celebra cuando el alcalde lo cree oportuno, bien para hacer alguna obra, o tomar alguna decisión importante concerniente a todos o a la mayoría de los vecinos. El aviso se hace mediante un toque especial de campana, que todos los vecinos reconocen. Después de una espera prudente aproximadamente de media hora para dar tiempo a los vecinos a acudir al lugar, y una vez reunidos los vecinos cabezas de familia, el alcalde haciendo uso de la palabra, ruega silencio y atención a los allí presentes, dándoles a conocer el o los motivos de la reunión. Una vez concluida la exposición  “del orden del día”, se pasa a la intervención de los allí presentes, por orden y previo permiso de la autoridad. Una vez acabadas las intervenciones, se deciden las medidas a tomar, y se disuelve la convocatoria.

 

 

EL TOQUE DE CAMPANAS

 

 

 

Iglesia de San Luis

 

 

 

En los pueblos del municipio hay unos hermosos campanarios, con unas campanas y un bonito sonido, si hay alguien que sepa tocarlas.

Para cada tipo de actividad hay un toque o repique distinto. A un determinado sonido de campanas el vecindario sabe que significa.

En Tablado hay varios toques distintos. Voy a describir varios ejemplos:

 

     ●  El “toque de muerto”: El día que fallece una persona se hace un toque significativo, para avisar a los vecinos de que ha muerto alguien en el pueblo. El toque de muerto consiste en un golpeo alternativo y sucesivo de ambas campanas una vez una y a la siguiente la otra, con intervalos de tiempo entre un golpeo y otro de varios segundos, unas diez veces aproximadamente y seguido luego de un repique rápido durante varios minutos, este repique va en función de la calidad y habilidad del maestro campanero.

     ●  Señal de alarma: se usa cuando hay fuego en una casa, pajar, cuadra, o alguna desgracia por una tormenta... El toque era muy rápido y violento con las dos campanas. A este sonido los vecinos salían a toda prisa, con gran sentido de la solidaridad.

     ●  Señal de concejo: Cuando el alcalde tenía que avisar al pueblo de que se iba a celebrar un concejo, tocaba la campana, y no las campanas, golpeaba repetidas veces unas diez veces, con un intervalo de tiempo de varios segundos, entre golpeo y golpeo, y a continuación golpeaba repetidamente unas cuantas veces (unas treinta) muy seguidas y muy rápidas.

     ●  Toque de misa mayor: se toca los días festivos (incluidos los domingos) y en las procesiones. Este es el toque por excelencia dónde se oye y se aprecia la calidad del campanero. Se usan las dos campanas, se inicia con un pequeño intercambio de golpeos con ambas campanas simultáneamente, y alternativamente como afinándolas y tanteando su peso, los golpeos son casi seguidos, como precalentamiento, luego ya empieza el concierto en sí, alternando y combinando golpeos seguidos, rápidos y acompasados, cambiando el ritmo según el repertorio de cada campanero, puede durar varios minutos.

 

 

 

Campanas iglesia Tablado

 

 

 

 

La ronda

 

Algo muy arraigado era lo de “hacer la ronda”, bien en las despedidas de soltero, las despedidas a la mili, etc. Siempre, después de una buena cena, se corría la ronda con canciones populares, parando en las ventanas de las mozas del pueblo. Para  la ronda se hace acopio abundante de bebida durante el recorrido.

 

 

 

EL FILANDÓN

 

Los filandones eran unas reuniones que se hacían por las noches, una vez finalizada la jornada y después de cenar. Se hacían en casa de algún vecino,  alrededor del fuego en el suelo, sentados en los iscanus o bancos de madera, donde los mayores transmitían de forma oral sus experiencias de la vida, leyendas, historias, cuentos (alguno de espíritus), se cantaba, se bebía y se comía a la luz de un gabuzo (antorcha de palo de piorno untado con grasa) o algún farol de petróleo, o candil de carburo. Los hombres podían fumar, jugar a las cartas. Algunas mujeres filaban (hilaban) el hilo de la lana que habían esquilado a las ovejas, con la fusa y la rueca. Otras, tejían calcetines, gorros, bufandas, jerséis...

 

 

 

La macha ("trilla")

 

MenalAlgo muy tradicional eran las machas o trilla del centeno. Se sembraba en el otoño, después de la recogida de las patatas, y se segaba o recogía a finales de Julio. Luego se majaba en las eras del pueblo, cada familia tenía su sitio o lugar determinado. La siega se hacía con una hoz apropiado para ello.

 

Cuando ya hacía buen tiempo y calentaba bien el sol, se procedía a majar o trillar el cereal. Majar, consiste en separar el grano de la espiga. Para ello se colocaba el cereal en la era, extendido perfectamente, y se golpeaba con el menal, en las horas que más calentaba el sol, pues el grano salía mejor.

 

El menal consta de un palo más grueso llamado piértagu, que es el que golpea, de roble, y otro palo más delgado llamado manuöca, de avellano u otra madera blanda o suave a la mano, por donde se agarra para golpear el cereal, entendiendo que ambos están unidos por la arbía de cuero a modo de eje, y esta se unta con unto de caballo. Durante el invierno se llevaba al molino para molerlo; y tanto el grano, como luego la harina se transporta en los odres.

 

Esta labor se hacía en plan comunitario, ayudándose unos a otros, sobre todo los clanes familiares, que estaban muy marcados. También era típico comer en la propia era, o en sus alrededores, a la sombra de algún árbol, todos los que habían colaborado en la tarea.

 

 

 

 

 

 

La matanza

 

Jamones de la matanzaEn los pueblos del municipio existe una tradición aún muy arraigada: el “San Martino”, donde la familia se reúne y disfruta de la convivencia. Una vez sacrificado el cerdo y recogida la sangre para un caldero, ésta se revuelve con un palo hasta conseguir que no se solidifique o cuaje, pues después se empleará para las morcillas y las fichuelas. Después de que la carne es seleccionada y troceada a tiras, se procede al picado de la misma con la máquina apropiada para ello, hoy eléctricas, antes manuales.

 

Tras el  picado se procede al adobo, a base de pimiento, sal, ajo y algunas veces con alguna especie más, las proporciones tienen que ser lo más exactas posibles para que salga lo más rico y sabroso posible. El adobo se hace en “bacitos” o artesas de madera y se deja en reposo 48 horas.  Los chorizos y demás partes  se colgarán sin que unas piezas toquen a otras, para que el aire pueda circular entre ellas.

 

Para efectuar un buen curado es importante que haya una buena ventilación, sin corrientes de aire, y combatir la humedad haciendo lumbre para que esté más o menos seco y no críe mohos. A medida que van curando, se van recogiendo a estancias más frescas y oscuras de cara a protegerlas del calor y la mosca. Para ello se confeccionan mosqueras y bodegas y hoy en día ya existen los grandes arcones congeladores.

 


 

 

 

OTROS DATOS CULTURALES


 

POBLAMIENTO Y MINERÍA EN LA CUENCA ALTA DEL IBIAS

 

Alrededor de la cuenca alta del río Ibias se reúne un interesante conjunto de labores mineras romanas. Desde la capital del concejo de Degaña hasta Tormaleo se distribuyen numerosas explotaciones auríferas entre los concejos de Degaña, Cangas del Nancea e Ibias. La mas conocidas son las de Los Castros, La Viliella, La Muracal, El Pousadoiro, Tablado, Astierna y El Corralón, la de mayor tamaño e importancia: En su excavación se aplicaba el uso alternativo de agua y fuego, la construcción de depósitos y canales que recorrían las laderas de la sierra desde las cumbres hasta los frentes mineros.
 

En torno a las minas se organizaron las comunidades indígenas: Con Roma los Castros continuaron como lugar principal de habitación al servicio de las necesidades imperiales que usan estos recintos como unidad básica de explotación y administración de los territorios conquistados: Así en Larón (Cangas del Nancea) y en Los Castros (Degaña), continuo la vida cotidiana bajo el poder romano.
 

Las minas de oro eran explotadas directamente por el Estado Romano y dirigidas por personal técnico y administrativo venido de fuera. En Arnosa (Cangas del Nancea), a escasa distancia de La Viliella, se recogió una pálida funeraria dedicada a Lucio Valerio Póstumo, natural de Uxama, actual Burgo de Osma (Soria), lo que demuestra el interés de Roma sobre esta comarca aurífera.

 

 

 

EXPLOTACIONES MINERAS DE TABLADO Y SISTERNA

 

Entre el Alto de la Collada y el límite con Ibias, se encuentra un conjunto de explotaciones auríferas romanas, diseminadas en la ladera meridional de la sierra de Tablado a una altura que oscila entre los 850 y los 1.100 metros de altitud. Se dividen en 5 grandes trincheras a cielo abierto, sobre materiales cuarcíticos de gran dureza, que aprovechan fracturas naturales: La Roza, Vallongo, Tablado, La Caborcoa y Astierna.

 

Fueron  explotadas por lo romanos entre los siglos I y III d.C., utilizando la técnica de grandes trincheras que socavan la roca y la derrumban con la ayuda del agua y del fuego, tras lo cual trituran y criban el material para reunir todo el oro que será transportado por los pasos montañosos y vías como El Camín del Trayecto hacía la capital del  Conventus: Astúrica Augusta (Astorga).

 

 

 

 

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